1.- Los casados lo hacen menos. Un estudio de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, publicado en la revista médica The Lancet (2006) y realizado en 59 países, concluye que no es cierto el mito de que las parejas casadas tengan relaciones sexuales con menos frecuencia que las solteras.
2.- A cierta edad ya no se levanta . No es cierto que un hombre a partir de los 40 esté desterrado del paraíso sexual. Puede saborear las mieles del sexo igual que cuando era un chaval, aunque sus encuentros no sean tan intensos. La experiencia en la cama lo compensa. Eso sí, factores biológicos como la diabetes, hipertensión, obesidad , etc., muy ligados a la edad adulta, pueden desembocar en trastornos de la erección.
3.- Fantasear con otr@s es signo de infidelidad. Es humano incorporar un tercer pasajero/a a las fantasías sexuales, y eso no significa un problema de pareja latente ni una futura infidelidad. Tómatelo como un estímulo más para aumentar la excitación sexual. Pero mejor no contárselo a la pareja. No es fácil de encajar.
4.- El coito perfecto termina con un orgasmo simultáneo. Si una pareja llega al orgasmo a la vez, es más por una cuestión de suerte que de experiencia en el arte de amar. Por otro lado, un orgasmo al unísono no garantiza mayor satisfacción sexual que uno a destiempo.
5.- A ellas siempre les duele la cabeza. Tópico que, injustamente, hace referencia a la falta de deseo en muchas mujeres. Sin embargo, el apetito sexual y los niveles de excitación tienen mucho más que ver con la libido de una persona que con su sexo. Nunca está de más recordar que aquello que resulta placentero y satisfactorio, y se experimenta una vez, suele desearse en el futuro. Es una constante humana.
6.- Si le gusta el sexo anal, es gay. Muchos hombres heterosexuales tienden a evitar la estimulación del ano, ya sea de forma oral, manual o con algún juguete erótico, por tener la creencia de que pueden “convertirse” en homosexuales, o por el “qué dirá” su pareja. Nada más lejos de la realidad. El ano es una zona erógena en hombres y mujeres, al margen de sus preferencias sexuales. Explorar otros rincones de nuestro cuerpo, a solas o en compañía, enriquece y aumenta la diversidad.
7.- Es imposible que un hombre sea anorgásmico. Son una minoría los hombres que acuden a la consulta del sexólogo por problemas de anorgasmia, pero solo porque creen que el orgasmo se reduce a eyacular. Está mucho más promocionado el clímax femenino que el masculino, y parece que nadie se ha parado a pensar que hay varones que desconocen el componente psicológico del placer. Eyaculación no es igual que orgasmo.
8.- Hay que rematar las relaciones con el coito. Una relación sexual completa es una relación sexual satisfactoria, independientemente de que haya coito o no. De hecho, la penetración y el orgasmo no tienen por qué ser la guinda del pastel. Se puede disfrutar totalmente con caricias, mimos, sexo oral.
9.- Los jóvenes cada vez se inician antes. Según el estudio realizado por la London School of Hygiene and Tropical Medicine, al contrario de lo que pensamos, nuestros adolescentes no se inician en la actividad sexual a edades más tempranas que sus padres. Como en generaciones pasadas, los contactos sexuales comienzan entre los 15 y 19 años. Ellas son las más precoces.
10.- Feminismo es lo contrario de machismo. El significado de feminismo está adquiriendo connotaciones peyorativas. Realmente, es el movimiento que exige para las mujeres los mismos derechos que para los hombres. No presupone la supremacía de ellas sobre ellos, co­mo en el caso del machismo, que realza el poder del varón sobre la mujer. Hembrismo es el término idóneo para definir lo contrario de machismo.
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